Constante incertidumbre, miedo a no lograr clientes, inquietud por obtener los resultados esperados, etc., son emociones a las que muchas veces se debe hacer frente al comenzar y mantener un negocio.
Porque emprender y gestionar emociones van de la mano.
Si un emprendedor no es capaz de resistir la presión, pierde la confianza en sí mismo. Si no se adapta rápidamente a los cambios, corre el peligro de estrellar su negocio, en lugar de llevarlo al estrellato. Emprender y gestionar emociones no es una tarea sencilla, pero existe una forma de lograrlo: Inteligencia Emocional.
Y es que, el camino del emprendimiento puede ser apasionante, pero, sin duda, también muy exigente. Transformar una idea en un negocio exitoso y hacerlo progresar puede poner a prueba a la persona más preparada.
Porque, no podemos olvidar, que detrás de las ideas, se encuentran personas. Los emprendedores deben asumir riesgos, tolerar la frustración y resolver eficazmente las dificultades que se les presentan.
Es por esto que cuando hablamos de emprender, no es suficiente con prepararse a nivel técnico. Se hace necesario entrenar aquellas habilidades que permitan enfrentar los desafíos que conlleva, se hace necesario aprender al emprender, aprender a gestionar emociones.
¿Emprendimiento e Inteligencia Emocional?
Cuando hablamos de Inteligencia Emocional en el emprendimiento nos referimos a la capacidad para percibir. De entender y manejar las emociones, dirigiéndolas al logro de objetivos y a un mejor desempeño social.
Cuando una persona posee una elevada inteligencia emocional se mantiene en calma ante la presión. No se deja llevar por sus impulsos y entiende los desafíos como retos, obteniendo mejores resultados y mayor satisfacción en su vida personal y laboral.
Uno de los grandes representantes del desarrollo de este concepto, Daniel Goleman. Él postula que la Inteligencia Emocional está formada por una serie de componentes de los que te hablamos a continuación.
Componentes de la gestión emocional
- La autoconciencia: Que se refiere a la habilidad para reconocer las emociones propias. Entender cómo estas nos afectan, así como de conocerse y valorarse como persona.
- La autorregulación: Entendida como la habilidad para gestionar las emociones sin que estas nos dominen. Asumiendo nuestra responsabilidad sobre ellas y adaptándonos de manera eficaz a las situaciones.
- La automotivación: Que se refiere a la capacidad para emplear nuestras emociones para lograr nuestros objetivos. Y para persistir a pesar de los obstáculos.
- La empatía: Que se define como la habilidad para percibir y comprender las emociones de los demás. Y así responder de manera más adecuada a sus necesidades.
- Las habilidades sociales: Que permiten relacionarse mejor con las personas que nos rodean. Comunicarnos más eficazmente, conseguir su colaboración y resolver mejor los conflictos.
¿Ahora te has dado cuenta de por qué es importante al emprender gestionar emociones?
Pero, no se trata de inhibir o controlar nuestras emociones. Se trata de emplear esas emociones para generarnos un estado de ánimo que facilite la consecución de metas. Que nos ayuden a conocernos mejor y a adaptarnos a las circunstancias que nos toque vivir.
Si sientes que reaccionas de manera desproporcionada ante determinadas situaciones, te sientes excesivamente preocupado o no te ves capaz de dar los pasos necesarios para hacer avanzar tu empresa, quizá ha llegado el momento de plantearte la necesidad de aprender a gestionar tus emociones.
¿Cómo puede ayudar a tu negocio la Inteligencia Emocional?
Son muchos los desafíos emocionales a los que se enfrentan los emprendedores y aprender a resolverlos puede ser crucial para lograr el éxito empresarial. Desarrollar la Inteligencia Emocional te puede traer una serie de ventajas:
- Soportar la presión:
Ser emprendedor implica asumir diferentes funciones. Soportar cargas de trabajo importantes, encontrar el equilibrio entre la vida personal y profesional y hacer malabares con los recursos con los que se cuenta.
En estos casos, la inteligencia emocional evitará que la persona colapse y persista en sus esfuerzos sin agotarse.
- Ganar y generar confianza:
Los emprendedores que han desarrollado su inteligencia emocional mantienen la confianza. Saben que su proyecto tendrá éxito y lo transmiten a las personas con las que trabajan o colaboran.
Además, persisten más ante las dificultades, al no dejar de creer en sí mismos y encontrar siempre la forma de automotivarse.
- Mantener el foco:
Los pensamientos y las emociones negativas pueden hacer que nos rindamos ante las dificultades. Gracias al desarrollo de nuestra inteligencia emocional, podremos dejar de lado estos pensamientos y emociones para seguir concentrados en los objetivos. Sin olvidarnos de disfrutar del proceso.
No podemos andar solos por la vida, menos emprendiendo
- Establecer mejores relaciones:
Especialmente importante en el vínculo con los clientes, pero también con los equipos de trabajadores.
Saber comunicar, tener en cuenta las emociones ajenas, motivar y generar sinergias con las personas de tu entorno, hará aumentar las posibilidades de éxito empresarial.
- Adaptarse a los cambios:
En el mundo empresarial todo cambia rápido y poder adaptarse y anticiparse es vital a la hora de emprender.
En los momentos de crisis, el emprendedor con una buena inteligencia emocional consigue pensar fríamente. Desapegarse emocionalmente y utilizar su creatividad para encontrar soluciones novedosas y reinventarse.
Además, aumenta la tolerancia a la frustración y a vivir en la incertidumbre, al responsabilizarse de aquello que está realmente bajo su control.
¿Qué puedes hacer para mejorar tu gestión emocional como emprendedor?
La buena marcha de una empresa va a depender, no solo de tener en cuenta todos los aspectos técnicos, sino también de prepararse anímicamente para ello.
Ya sea que eres un nuevo emprendedor o que haga tiempo que lleves un negocio, hay muchas cosas que puedes hacer para desarrollar tu inteligencia emocional y aplicarla a tu vida profesional, y también personal:
- Trata de entender la función de tus emociones:
Las emociones son inherentes al ser humano y no se pueden evitar. En lugar de esconderlas o inhibirlas, debemos aprender a comprender qué sentido tienen y cómo aprovecharlas.
El miedo puede advertirte de todo aquello que pueda salir mal y anticiparte. La ira puede servir para defender tu posición y marcar los límites cuando sea necesario.
La inseguridad permite que reflexiones sobre aquello que puedas mejorar en ti. No tengas miedo de tus emociones. Bien manejadas pueden ser grandes aliadas.
- Conoce tus fortalezas y limitaciones:
Un ejercicio recomendable para cualquier emprendedor, se encuentre en el momento en que se encuentre de su negocio, es el de revisar periódicamente sus puntos fuertes y sus puntos de mejora, tanto a nivel personal como de su negocio, servicio o producto.
De esta manera, podrás realizar los ajustes necesarios para lograr sus objetivos.
- Focalízate en el ahora:
El emprendimiento lleva aparejada mucha incertidumbre por cómo se desarrollarán las cosas. Esto puede ser problemático cuando las preocupaciones ocupan mucho de nuestro tiempo, porque nos paralizan y aumentan nuestro estrés.
Por ello es importante poner atención a lo que realmente está pasando en el momento presente y lo que está en nuestras manos hacer. En lugar de estar siempre pre-ocupado, ocúpate.
Relativiza las dificultades, sé proactivo y desarrolla unos buenos hábitos mentales que te mantengan centrado en los siguientes pasos a dar.
- Aumenta tu resiliencia:
Se trata de la capacidad de sobreponerse y salir fortalecido de las dificultades. Para ello es necesario tener claro qué es lo importante para cada uno, qué le motiva a hacer lo que hace y a encontrar el equilibrio en su vida.
Encuentra tiempos para ti, para disfrutar de otros aspectos de tu vida. Respeta tus propios tiempos y confía en que tienes los recursos necesarios para hacer frente a las dificultades como si fuesen retos.
No tengas miedo a equivocarte, porque es precisamente en las caídas en las que entrenamos nuestra capacidad de reponernos.
- Haz paradas estratégicas:
Pararse de manera sistemática para analizar el curso de nuestro negocio, a nosotros mismos, la situación en la que estamos y el grado en que estamos consiguiendo nuestros objetivos, es uno de los principales hábitos que todo emprendedor debe poseer.
De esta manera, podrás establecer nuevos planes de acción y readaptarte a circunstancias cambiantes.
Gestionar las emociones es una habilidad clave para los emprendedores. Proporciona autoconocimiento y autocontrol, que son fundamentales para no dejarse llevar por los impulsos y responder eficazmente a los cambios.
Facilita la empatía y la relación con clientes, socios y trabajadores.
Gestionar las emociones permite que las personas se transformen en verdaderos líderes de sus negocios, y, lo más importante, de sus vidas.
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Sobre la autora: Lúa Carreira es Psicóloga, Sexóloga y Coach personal y empresarial.
Trabaja como asesora en empresas y formando a sus trabajadores en competencias y habilidades para lograr una mayor productividad, eficacia y satisfacción a la hora de desempeñar su labor. Colabora con diferentes ayuntamientos en proyectos de reinserción laboral para colectivos desempleados de larga duración, así como, formando emocionalmente a emprendedores para transformar sus ideas en negocios de éxito.